
Flotando por un pequeño rio junto a la vereda de la calle Alvarez, dos cascaras de nuez hechas botes se desplazaban lentamente hacia su destino final en el desague al final de la calle. Quien los habia enviado en aquella travesia era dificil de adivinar, ya que el flujo de agua se extendia desde lo alto de Agua Santa, probablemente de alguien que estaba regando el pasto o lavando el auto.
Alfredo las observo llegar al borde y caer dentro del oscuro y sucio drenaje, como un pequeño Colon que se equivoco en sus teorias de que la tierra era redonda. Tenia mucho en que pensar ese dia, pero aun asi se distraia con el movimiento de la ciudad.
Se acercaba pronto la hora del taco, y se notaba como en un par de segundos se llena de vehiculos y se estanca todo irremediablemente, lo que a Alfredo le parecia ligeramente facinante. Una señora desde un auto le gritaba a un colectivero que le cerro el paso, con las bocinas de dos o tres autos mas haciendo coro en el fondo. Un perro miraba sentado, con los ojos bien abiertos, como una paloma se acomodaba sobre un foco en un poste.
Se distraia para no pensar en lo que tenia que hacer. -Si todo va a salir bien, estoy preocupandome por las puras - se dijo a si mesmo.
Levantose y empezo a caminar en direccion a la clinica. Solo tendria que entrar en ella, recoger los resultados y abrirlos en la comodidad de su casa. No era tan dificil, tan solo rasgar papel, leer un par de palabras y el suspenso se acabaria.
Entro a la sala de esperas, de paredes amarillas y sillones azules dispuestos contra cada espacio libre que pudiese haber de muro. Habia una pequeña mesa con una torre de revistas de suscripcion y una planta para darle vida a el lugar. Mas alla de la puerta estaba el meson, donde la secretaria que atendia miraba el computador. Se podia ver el reflejo verde de la pantalla en sus lentes, mientras con una cara aburrida, desplazaba cartas de un lado a otro.
-Vengo a recoger mis resultado -le dijo a la secretaria, que no cambio la expresion de aburrimiento mientras lo escuchaba -. Llame por telefono y me dijeron que me los tendrian para las siete.
-Deme un segundo, joven.- Descolgo el telefono, marco uno de los botones, espero un segundo mientras miraba directo a los ojos de Alfredo y solo tuvo que decir "aja" y cortar, para que un hombre vestido de blanco llegara con el temido sobre. -Firme aqui y aqui. Eso es suyo- le dijo mientras le entregaba un comprobante -. Eso es todo.
Salio de ahi y emprendio la caminata a casa. Sentia el sudor de la mano marca sus dedos en el borde del sobre. Por un momento se preocupo de que se le fuese a caer o algo, o de la posibilidad de que le robaran y nunca pudiese observar el contenido. ¡Eso si seria trágico!
Finalmente entro a su casa, dio una vuelta para ver si alguien estaba ahi y se dirigio a la habitacion. No habia nadie mas que el, justo como habia anticipado. Estaban solos el y el sobre, y pronto se descubriria la verdad.
Sin mas rasgo el borde con el dedo torpemente y tomo el papel doblado. Lo miro un momento antes de desplegarlo y finalmente lo desdoblo. Empezo a leer el nombre de la clinica, de los especialistas que trabajan y luego el protocolo.
"Estimado Sr. Galant..."
Alfredo las observo llegar al borde y caer dentro del oscuro y sucio drenaje, como un pequeño Colon que se equivoco en sus teorias de que la tierra era redonda. Tenia mucho en que pensar ese dia, pero aun asi se distraia con el movimiento de la ciudad.
Se acercaba pronto la hora del taco, y se notaba como en un par de segundos se llena de vehiculos y se estanca todo irremediablemente, lo que a Alfredo le parecia ligeramente facinante. Una señora desde un auto le gritaba a un colectivero que le cerro el paso, con las bocinas de dos o tres autos mas haciendo coro en el fondo. Un perro miraba sentado, con los ojos bien abiertos, como una paloma se acomodaba sobre un foco en un poste.
Se distraia para no pensar en lo que tenia que hacer. -Si todo va a salir bien, estoy preocupandome por las puras - se dijo a si mesmo.
Levantose y empezo a caminar en direccion a la clinica. Solo tendria que entrar en ella, recoger los resultados y abrirlos en la comodidad de su casa. No era tan dificil, tan solo rasgar papel, leer un par de palabras y el suspenso se acabaria.
Entro a la sala de esperas, de paredes amarillas y sillones azules dispuestos contra cada espacio libre que pudiese haber de muro. Habia una pequeña mesa con una torre de revistas de suscripcion y una planta para darle vida a el lugar. Mas alla de la puerta estaba el meson, donde la secretaria que atendia miraba el computador. Se podia ver el reflejo verde de la pantalla en sus lentes, mientras con una cara aburrida, desplazaba cartas de un lado a otro.
-Vengo a recoger mis resultado -le dijo a la secretaria, que no cambio la expresion de aburrimiento mientras lo escuchaba -. Llame por telefono y me dijeron que me los tendrian para las siete.
-Deme un segundo, joven.- Descolgo el telefono, marco uno de los botones, espero un segundo mientras miraba directo a los ojos de Alfredo y solo tuvo que decir "aja" y cortar, para que un hombre vestido de blanco llegara con el temido sobre. -Firme aqui y aqui. Eso es suyo- le dijo mientras le entregaba un comprobante -. Eso es todo.
Salio de ahi y emprendio la caminata a casa. Sentia el sudor de la mano marca sus dedos en el borde del sobre. Por un momento se preocupo de que se le fuese a caer o algo, o de la posibilidad de que le robaran y nunca pudiese observar el contenido. ¡Eso si seria trágico!
Finalmente entro a su casa, dio una vuelta para ver si alguien estaba ahi y se dirigio a la habitacion. No habia nadie mas que el, justo como habia anticipado. Estaban solos el y el sobre, y pronto se descubriria la verdad.
Sin mas rasgo el borde con el dedo torpemente y tomo el papel doblado. Lo miro un momento antes de desplegarlo y finalmente lo desdoblo. Empezo a leer el nombre de la clinica, de los especialistas que trabajan y luego el protocolo.
"Estimado Sr. Galant..."
