jueves, 22 de noviembre de 2007

Ojo soñador

Ese dia desperto contento, habia tenido el sueño mas divertido del que pudiera acordarse. Rallaba en lo abstracto y colorido, lleno de formas y elementos flotando por todos lados. Pudo ver una realidad alternativa, sacada de un cuadro surrealista colisionando violentamente con una pelicula Disney y un video musical de Daft Punk. Ojala todas las noches una pudiera vivir al asi.

De hecho, parecia que cuando cerraba los ojos aun podia ver este mundo novedoso con el que se habia encontrado. Ver los pajaros de alas frutales, los peces metalicos brillando mientras surcaban las paredes, los caracoles dentro de ollas de cocina llenas de pasta, los relojes girando como monedas, los autos plegados y los tigres de peluche gigantes color purpura. Sentia la melodia sicodelica de su sueño vibrando en el interior mas profundo de su oreja y hasta podia tararearla ligeramente en el silencio.

Llego al colegio y se lo conto a su mejor amigo, que no podia evitar reirse de las ocurrencias extrañas y bastante usuales de su compañero. Siempre llegaba con alguna anecdota parecida, llena de matices comicos. Se podria decir que el sueño solo era un reflejo claro de su personalidad, ludica, desinibida y siempre locuaz.

Llego la hora del primer recreo y todos salieron a jugar. El seguia cerrando los ojos y tapandose los oidos, aun percibiendo esta realidad fantastica que su mente habia creado seguramente en la parte mas retorcida de su mente, desafiando la logica a la que a veces todos deseamos revelarnos.

Estaba en eso cuando de pronto alguien grita algo que sonaba como "cuidado con la pelota" y se escucho el golpe seco que dio la pelota en la cabeza del alumno descuidado. Es dificil esquivar balones con los ojos cerrados, y esta vez la suerte no estuvo de su lado. El pelotazo le habia dejado muy mal el ojo izquierdo, en el cual tuvo que ponerse algo frio para que se le pasara la hinchazon.

Graciosamente a el no parecia importarle el terrible accidente que lo dejo sentado en enfermeria por el resto del dia. Es mas, parecia reirse y divertirle el hecho de que media cabeza la tuviera hinchada. La enfermera le murmuraba al inspector que tal vez habria que llevarlo a un neurologo.

Lo que la enfermera no sabia es que un lapiz grafito con alas le acababa de dibujar un llamativo bigote.

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